Dios, o la sociedad: ¿a cuál escoger? No solamente son distintos; son opuestos. Es lógico que el verdadero cristiano no va a compartir los mismos valores ni tener los mismos intereses que abraza el mundo. ¿Cómo debemos responder?
Al estudiar lo que Jesús enseñó sobre las relaciones en el matrimonio, vemos que la ley de Cristo exige un corazón puro, un corazón fiel y único. La ley de Cristo nos revela que el matrimonio une a la pareja en una sola carne, y que esta unión queda firme mientras ambos vivan.
El esfuerzo por conocer a Dios es un verdadero reto para el ser humano. En lo que se refiere a sus atributos, es imposible conocerlo por completo. Pero la perfeccion de Dios resalta en su ominipotencia, su omnipresencia, y su omnisciencia. ¡Qué Dios más maravilloso!
Cualquiera que sea el oficio que desempeñamos, como ciudadanos del reino de Dios debemos considerarnos siervos los unos de los otros en la iglesia. En plano del Arquitecto Divino, es bella la comunión de hermanos que se sujetan al plan de Dios y en que cada uno cumpla su deber.