El reino de Dios existe independientemente de los reinos de este mundo. No hace ningún pacto con otros reinos. Ese reino no se define por fronteras, ni culturas ni lenguas. Aunque somos de otro reino, el cristiano busca maneras de servir en el reino terrenal como Cristo lo haría.
¿Cuál es nuestro deber como seguidores de Jesús hacia las autoridades civiles? ¿Cuál debe ser nuestra actitud para con ellas? ¿Debemos en todo tiempo obedecerlas o existen casos en que necesitamos desobedecerlas? ¿A quién le debemos nuestra mayor lealtad?
¿Es bueno que el creyente se ocupe en discusiones políticas? Las enseñanzas del Nuevo Testamento nos muestran lo que Dios espera de nosotros y nos reprenden cuando nos inclinamos a unirnos a lo que hace la mayoría.