Cuando Jesús habla de llevar nuestra cruz, él no se refiere a las enfermedades normales, las dificultades comunes, ni las desilusiones y otras cosas desagradables comunes que enfrenta todo ser humano. Llevar nuestra cruz significa estar dispuestos a sufrir por la causa de Cristo.
Los días en que vivimos son malos y es urgente que se advierta a la sociedad del juicio venidero. ¿Habrá hijos de Noé dispuestos a predicar la justicia con valentía? Que no nos encontramos con sangre en nuestras manos por no haber advertido del juicio que se acerca.