El cuerpo humano y el núcleo familiar son
poderosas metáforas para ayudarnos a entender la
familia de Dios y el diseño de Dios para la iglesia.
Comencemos con la metáfora del cuerpo humano.
Todavía no se ha perfeccionado el amor en nosotros a quienes Dios ha amado. Con el amor espresamos la realidad de que somos Sus hijos. Así seremos reconocidos. ¿Porqué nos cuesta amar? ¿Cómo son las relaciones cuando hay amor?
Las relaciones sexuales antes del matrimonio. ¿No es gran cosa, verdad? ¿O será qué tal vez sí importa? Dios habla definitivamente en cuanto al tema; ¿qué dice?
Cristo derramó Su sangre y murió por todos los pecadores. Dios ofrece el perdón de pecados y la vida eterna a todos.
Entonces, ¿por qué no son salvos todos los hombres?
Una mirada reflixiva a los puntos principales de la doctrina calvinista, una cuidadosa corrección del énfasis mal puesto según las Escrituras, y un llamado a seguir al Señor que dijo: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos
¿Y qué del corazón del hombre, que sólo Dios puede ver? Las ilustraciones—un matrimonio de palabra e imagen—demuestran la vida interior, y llevan al lector por las épocas del corazón humano, mostrando como las decisiones afectan el estado del corazón desde el ser renacido hasta la muerte.
l hombre fue creado a imagen de Dios; por lo tanto, el corazón es algo maravilloso. El corazón fue creado por Dios y para Dios; alberga impulsos y deseos que gobiernan al hombre. Nuestro corazón fue diseñado para servir a Dios. Lamentablemente, el hombre ha nacido con inclinaciones
perversas.
En las iglesias de hoy día, se habla mucho del discipulado del creyente. En las librerías cristianas se hallan muchos libros sobre el tema. Pero, ¿será posible que en nuestro intento de entender y tratar este tema, hemos perdido el verdadero significado de la enseñanza de Jesús?
El reino de Dios existe independientemente de los reinos de este mundo. No hace ningún pacto con otros reinos. Ese reino no se define por fronteras, ni culturas ni lenguas. Aunque somos de otro reino, el cristiano busca maneras de servir en el reino terrenal como Cristo lo haría.