¡Que tenga un viaje seguro!

El viajero en un autobús moderno se enfrenta a los peligros de la carretera y de los malos hábitos de conducción. Pero hay otro peligro que bien puede enfrentar dentro del autobús. ¿Qué podría ser eso? Le deseamos un feliz viaje, y que vayas con Dios.

Estimado viajero,

Veo que usted está de viaje hoy en autobús. Yo también viajo a menudo en autobús porque es un modo de transporte práctico, económico y confiable. Estoy agradecido por los servicios que brindan las empresas transportistas. Es un gran aporte a nuestra sociedad.

¿Sabía que hay una persona especial que también viaja en autobús hoy? Es Jesús. Aunque no lo veamos, él viaja en autobús dentro del corazón de todos los pasajeros que hayan entregado sus vidas a él.

¿Me permite llamar la atención a algo que Jesús no hace mientras viaja en autobús? Él no mira los videos violentos e indecentes que muchas veces ponen en los autobuses modernos. La Biblia dice, hablando de nuestro Dios:

Muy limpio eres de ojos para ver el mal (Habacuc 1.13).

Y como seguidor de Jesús, yo tampoco deseo mirar los videos malos. Por la gracia de Dios, he tomado la firme decisión de que “no pondré delante de mis ojos cosa injusta” (Salmo 101.3). Mirar esta clase de video destruye a la persona y carcome las bases de nuestra sociedad.

Estos videos tan perversos se ofrecen al público como un servicio de entretenimiento para los viajes largos y aburridos. Pero las escenas violentas e inmorales de los videos malos sólo estimulan y alborotan la concupiscencia y la torpeza de los pasajeros. Endurecen el corazón, haciéndolo insensible y cruel. Corrompen los pensamientos y pervierten la mente. Destruyen nuestra sociedad. Dan a entender que estos pecados son normales y aceptables. Preparan a los espectadores para que cometan los mismos actos que ven en la pantalla.

Según nos dice Jesús en Mateo 5.8, sólo los de corazón limpio podrán ver a Dios. ¿Cómo, pues, podremos guardar limpio nuestro corazón mientras estemos en el autobús? ¿Cómo evitaremos ver lo malo que ponen delante de nuestros ojos en la pantalla de video?

Lo mejor sería que apaguen el aparato. Bien sabemos que muchos niños viajan frecuentemente en este autobús. Sus vidas aún están sin culpa delante de Dios. Los responsables deben saber que al alimentar a los niños con ejemplos de violencia e inmoralidad, los están condicionando para una vida de delincuencia… y una eternidad en el infierno. Además, deben saber que el hecho de llenar los ojos y las mentes inocentes con tanta suciedad e inmoralidad es un grave pecado. Jesús dice:

Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos (Lucas 17.2).

Si los estimados chóferes eligen no apagar el video ni tampoco cambiar el video por uno que sea más sano, ¿qué podemos hacer nosotros los cristianos?

  1. Podemos orar. Orando, ¡podemos estar en comunión con Dios todo el tiempo! Podemos orar por las almas perdidas en este autobús. También podemos orar por la protección espiritual de los niños tiernos aquí sentados, quienes están obligados a ver lo que está destruyendo su inocencia.
  2. Podemos encomendar el control de nuestros ojos al Espíritu Santo. Con su ayuda, podremos apartar la vista de la suciedad que aparece en la pantalla de video.
  3. Podemos sacar nuestra Biblia y leerla. Yo he hallado que al hacer esto, doy una señal a mis compañeros de viaje. Al ver la Biblia, sin que yo les diga nada, llegan a entender que no me interesa la maldad. Pero sería contradictorio que me vieran mirando la pantalla… con la Biblia en mis manos. Si me concentro en mi Biblia, doy declaración abierta a lo que profeso ser, lo cual me anima a vivir conforme a mi profesión.
  4. Podemos buscar el compañerismo de otros cristianos en el autobús. Si es posible, busque un asiento junto a un cristiano. Cuando se le haga dura la lucha contra las pasiones y se sienta al punto de ceder, o si falla con los ojos o el corazón, comparta la lucha con su compañero de asiento si él es cristiano. Pida sus oraciones. Confiese la falta suya. Recuerde que se trata de una lucha que todos los cristianos tenemos en común. Usted no debe avergonzarse de compartir estas luchas. Si su compañero de asiento está dispuesto, hagan un compromiso de estar a cuentas el uno con el otro en este viaje en el asunto de la pureza personal.
  5. Podemos testificar. Estamos en un lugar oscuro (véase Mateo 5.14–16). Cristo caminaba en lugares oscuros también. Pero sus palabras y su ejemplo reprendían las tinieblas. No había duda acerca de su pureza. Si usted es cristiano, le animo a dar una palabra de testimonio a alguna persona incrédula en este autobús. La luz brilla más intensamente donde las tinieblas son más densas.

Si usted es cristiano, quiero darle las gracias por tomar el tiempo de leer éstas líneas, y espero que le haya sido de bendición y fortalecimiento espiritual. Sé también que el hecho de mantenerse firme en la pureza y la santidad proporcionará gran aporte a nuestra sociedad.

En cambio…

 …si usted no es cristiano, o aún no ha logrado la victoria sobre sus pasiones carnales, a continuación tengo un mensaje especial para usted:

 Usted y yo viajamos en este autobús. Podríamos decir por eso que somos “compañeros de viaje”. Los dos también viajamos por esta vida. El chofer de mi vida es Jesús y por eso espero llegar a mi destino celestial. Si usted aún no es cristiano, lamentablemente Jesús no es el chofer de su vida y, por consiguiente, no podrá llegar al destino celestial… a menos que permita que Jesús suba a bordo y maneje su vida según él quiera. ¿Pudiera yo contar con su compañerismo al viajar por esta vida con Jesús como chofer?

Sin tener que preguntarle, ya yo sé que usted está cansado de andar en las tinieblas. Está cansado de alimentarse con lo que nunca satisface. Está cansado de hundirse cada vez más en el pecado. Está cansado de tener temor de lo que le espera en el futuro.

Quiero decirle que hay una salida. Hay un camino que le puede guiar de las tinieblas a la luz. Este camino está a su alcance y se llama Jesús:

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí (Juan 14.6).

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Juan 3.16–17).

Ahora mismo sería un momento muy oportuno para que usted dé un giro en su vida. Clame a Jesús, pidiéndole misericordia. Arrepiéntase, confiese sus pecados, y rechácelos.

Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar (Isaías 55.6–7).

Jesús le recibirá y romperá las cadenas del pecado en su vida. Ya Jesús ha prometido que:

Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1.9).

El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios (Juan 3.18).

Sólo si Jesús dirige su vida podrá usted contar con un viaje seguro por este mundo, y llegar sano y salvo al destino celestial.

¡Que Dios le bendiga!

 

Publicadora Lámpara y Luz 26 Road 5577 Farmington, NM 87401, EE.UU.

Detalhes
Idioma
Español
Número de páginas
3
Autor
James Troyer
Editora
Lamp and Light
Temas

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