Las discusiones políticas y el creyente

¿Es bueno que el creyente se ocupe en discusiones políticas? Las enseñanzas del Nuevo Testamento nos muestran lo que Dios espera de nosotros y nos reprenden cuando nos inclinamos a unirnos a lo que hace la mayoría.

Se oyen muchos comentarios sobre temas de la política del mundo actual. Recientemente, me di cuenta de lo fácil que es ocupar la mente y el corazón con estos asuntos. Nuestra tendencia es mentalmente aliarnos con ciertas ideas políticas y luego terminamos opinando de preferencias políticas al igual que muchos otros. ¿Es de extrañar esta tendencia? No, ¿verdad que no?

Sin embargo, ¿es bueno que el creyente se ocupe en discusiones políticas? He pensado en esto últimamente, reflexionando en las palabras de Jesús sobre el reino de Dios y nuestra responsabilidad en dicho reino. Cuando Jesús estuvo aquí en el mundo, sus discípulos esperaban que estableciera un movimiento político que los librara de la opresión romana. Pero sufrieron una gran decepción cuando Jesús no se defendió de los soldados ni la corte romana, sino que fue crucificado por los romanos. No entendieron el reino espiritual que Jesús vino a establecer. Jesús le dijo a Pilato: “Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían … pero mi reino no es de aquí” (Juan 18:36).

El apóstol Pablo mandó respetar a los gobernantes mientras él vivía bajo el cruel régimen de Nerón, que perseguía ferozmente a los cristianos. Pablo no habló de afiliarse a los grupos opositores para combatir la maldad, ni de escribir editoriales en contra de las injusticias de los gobiernos, ni afiliarse a otro grupo político para cambiar a los gobernantes. Su ejemplo y sus enseñanzas nos muestran lo que Dios espera de nosotros y nos reprenden cuando nos inclinamos a unirnos a lo que hace la mayoría.

¿Qué nos enseña la Biblia en cuanto a lo que Dios espera de sus seguidores?

  • Que amen a los enemigos; no que peleen contra ellos (Mateo 5:44)
  • Que bendigan a los que los persiguen (Romanos 12:14)
  • Que sean ciudadanos de otro reino, extranjeros en este mundo (Hebreos 11:13)
  • Que entiendan que Dios ha puesto a los gobiernos de este mundo (Romanos 13:1)
  • Que obedezcan a las leyes del gobierno y que se sujeten a él (Tito 3:1; Romanos 13:5)
  • Que honren a los gobernantes (1 Pedro 2:17)
  • Que oren por los gobernantes (1 Timoteo 2:2)
  • Que paguen los impuestos (Romanos 13:7)

Al reflexionar sobre lo que Dios nos enseña acerca de su reino y nuestra responsabilidad como ciudadanos de su reino, percibí de nuevo que mi primera responsabilidad es hacia el reino de Dios y que no debo afanarme por lo terrenal. Jesús dijo: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia…” (Mateo 6:33). Dios se encargará de “todas estas cosas”.

Dettagli
Lingua
Español
Numero di Pagine
1
Autore
Duane Nisly
Editore
Publicadora La Merced
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