¿Estamos nosotros buscando los puestos de mayor importancia, poder, y reconocimiento? ¿Qué dice Jesús de esas ideas y esos pensamientos tan naturales y comunes? Jesús es nuestro ejemplo perfecto, porque él “no vino para ser servido, sino para servir.”
En nuestras iglesias creemos que es nuestro deber ofrecer consejo y apoyo a los miembros que se hallan en dificultades económicas.
Se les pide a los diáconos o a otras personas que sirvan de consejeros o fiduciarios. Ayudar a un hermano o a una familia de esta manera es un acto de servicio.
Todavía no se ha perfeccionado el amor en nosotros a quienes Dios ha amado. Con el amor espresamos la realidad de que somos Sus hijos. Así seremos reconocidos. ¿Porqué nos cuesta amar? ¿Cómo son las relaciones cuando hay amor?