¿Quién lo hizo?

Un cuento del gran científico, el señor Isaac Newton, su amigo que no era creyente, una réplica de nuestro sistema solar, y el día en que el amigo se dio por convencido por medio de aquel mecanismo y las preguntas que hizo en cuanto a su origen, las cuales el señor Newton contestó incorrectamente.

El señor Isaac Newton tenía un amigo, quien al igual que él mismo, era un gran científico. Pero este amigo no era creyente, y con frecuencia los dos hombres discutían acerca de la fe cristiana.

Newton le pidió a cierto mecánico experto que le hiciera una réplica de nuestro sistema solar. En el centro del mismo se hallaba una pelota grande dorada que representaba al sol. Girando a su alrededor se hallaban otras pelotas más pequeñas, fijas en las puntas de brazos de varias dimensiones, las cuales representaban los planetas en su orden correcto (Mercurio, Venus, La Tierra, Marte, y así sucesivamente). Estas pelotas estaban así tan juntamente engranadas con ruedas dentadas y correas, al punto de que se movían en armonía perfecta cuando se le daba vuelta a la manivela.

Un día, Newton se hallaba en su cuarto de estudio leyendo. Él estaba sentado junto a aquel mecanismo que se encontraba sobre una mesa muy grande dentro de la habitación. En ese momento, su amigo acertó a entrar. De una ojeada él reconoció lo que había sobre la mesa. Lentamente comenzó a dar vuelta a la manivela y con una mirada de asombro se puso a contemplar los cuerpos celestes que se movían a una velocidad relativa, cada uno de ellos en sus órbitas. Deteniéndose frente al extraño aparato exclamó:

—¡Qué cosa más interesante es ésta! ¿Quién la hizo?

Sin siquiera levantar la vista de su libro, Newton contestó:

—¡Nadie!

Volviéndose rápidamente hacia Newton, el no creyente dijo:

—Parece que no entendiste mi pregunta. Yo pregunté que ¿quién hizo esta cosa?

Mirándole al amigo, Newton repitió que nadie lo había hecho.

—Esta colección de materia vino a ser por sí solo —le aseguró—. Por casualidad se organizó de la forma que tanto admiras.

—¿Crees que soy tonto? —el hombre ahora acalorándose un poco replicó—. ¡Alguien tiene que haberlo hecho! Y el que lo hizo es un genio. Quisiera saber quién fue.

Dejando su libro a un lado, Newton se levantó y le puso una mano sobre el hombro de su amigo, y le dijo:

—Esta cosa no es más que un modelo minúsculo de un sistema gigantesco, cuyas leyes tú bien conoces. ¡Y yo no soy capaz de convencerte de que este mero juguete no tiene ni diseñador, ni tampoco hacedor! Pero ahora bien, dime, ¿por medio de qué razonamiento llegas tú a sacar tales inapropiadas conclusiones?

En ese momento aquel hombre fue convencido, llegando a ser creyente firme en que “Jehová es el Dios” (1 Reyes 18:39). Jesucristo dice: “Creéis en Dios, creed también en mí” (Juan 14:1). “Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo” (2 Corintios 5:18).

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios” (Juan 3:16–18).

“Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres” (Juan 1:3, 4).

“El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas... Ahora [Dios] manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado [a Jesucristo] de los muertos” (Hechos 17:24, 25, 30, 31).

 

El texto bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso. Reina-Valera 1960® es una marca registrada de American Bible Society, y se puede usar solamente bajo licencia.

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زبان
Español
ناشر
Rod and Staff Publishers Inc.
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