Este libro resultó de una búsqueda muy personal de la verdad. Si de verdad quieres hallar la gracia y el poder para probar que es posible llevar una vida de plenitud de gozo, independientemente de tu estado civil, recibirás inspiración junto conmigo al leerlo.
Escribí este libro para las muchas amigas mías que son solteras mayores, viudas, o que están solas porque el esposo las ha dejado. Escogí el título de Isaías 54. En ese capítulo, Dios consuela a la nación de Israel que se siente rechazada y abandonada a causa de las aflicciones. Israel se siente como viuda no deseada y estéril en un ambiente adverso. Es sacudida por la tempestad; no tiene ni hogar ni herencia permanente. Sin embargo, se ha arrepentido de su mal y anhela renovar su pacto con Dios.
El Señor la consuela con decirle que no cambiará su fiel amor por ella ni vacilará su pacto de paz aunque se muevan las montañas y tiemblen los collados. “Porque tu marido es tu Hacedor”, declara él. Y dice: “Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado”.
Muchas veces en las escrituras se habla de Dios como el esposo de Israel, y se refiere a Cristo como el novio de la iglesia. Según la Biblia, también es correcto hacer la comparación entre la relación matrimonial y nuestra relación personal con Cristo. Cristo es el esposo y compañero precioso de todo creyente, sea hombre o mujer, casado o soltero. Sin embargo, para los que somos adultos solteros o estamos solos, hay un significado especial en esta comparación.
Notemos unos versículos de la Biblia que se refieren de manera clara a Dios o a Jesús como el esposo:
“Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia. Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová” (Oseas 2.19–20).
“Nunca más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se dirá más Desolada; sino que serás llamada Hefzibá,[i] y tu tierra, Beula;[ii] porque el amor de Jehová estará en ti, y tu tierra será desposada. Pues como el joven se desposa con la virgen, se desposarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo” (Isaías 62.4–5).
“Convertíos, hijos rebeldes, dice Jehová, porque yo soy vuestro esposo” (Jeremías 3.14).
“Os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo” (2 Corintios 11.2).
“Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella (...). Yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia” (Efesios 5.22–25, 32).
“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos. Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios” (Apocalipsis 19.7–9).
“Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero. Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, teniendo la gloria de Dios” (Apocalipsis 21.9–11).
Hay muchos otros pasajes en la Biblia que indican que es posible tener una relación con Dios y Cristo tan íntima como con el cónyuge. Hasta podría ser más íntima.
Por supuesto, no sólo el matrimonio es símbolo de la relación con Cristo. La escritura muestra que el Señor Jesús es también maestro, rey, autor de la salvación, salvador, sumo sacerdote y abogado. Es el pastor de las ovejas y la puerta del redil. Es el camino de la verdad y la luz que alumbra el camino. Es el cordero de la expiación. Es la cabeza de su cuerpo, la iglesia. Es el agua viva, el pan de vida y la vid de la rica savia. En realidad, él hace las veces de cualquier familiar o ser amado que nos haga falta, sea hermano mayor, padre, esposo, hijo o amigo. La Biblia habla también de Dios el Padre como de un padre compasivo, una madre consoladora, y un águila que cuida de sus polluelos.
Dios, Cristo y el Espíritu Santo significan mucho para nosotras. Una vez comencé una lista de lo que el salmista dice que Dios es para su vida: mi fortaleza, mi roca, mi luz, mi cántico, mi escudo, mi escondedero... Pronto comprendí que no sería exageración si dijéramos que él es todo para los que le aman. Por medio de una sola comparación no se podría explicar todo lo que es para nosotras nuestro buen Señor. La Biblia contiene muchas comparaciones que nos permiten entender que Cristo suple toda necesidad en todo aspecto de la vida.
La comparación subrayada vez tras vez en este libro es la de Cristo como nuestro amado novio y esposo.
El que yo haya escrito este libro no significa que siempre he sido victoriosa como soltera. No significa que haya vivido sin problema alguno, completamente satisfecha, ni que lo sepa todo. Al contrario, me hacían mucha falta las respuestas, y escudriñé las escrituras para hallarlas. No me desilusioné. Hace unos años, sentí un deseo apremiante de notar en especial las escrituras que hablan de nuestra relación con Cristo y Dios según se ejemplifica en el matrimonio. Dicho estudio resultó ser de tanta inspiración que cambió mi vida. Además, ha sido de ánimo y bendición tales que escribí este libro para hacerte partícipe de lo que aprendí.
Tu marido es tu Hacedor no es ningún libro de cuentos. Si lees rápidamente las escrituras citadas, o si las pasas por alto en busca de entretenimiento, no disfrutarás este libro.
Yo deseaba hallar el fundamento de la vida soltera realizada. Ese fundamento consiste en una relación con el que es el fundamento, la fuente, y el único recurso que suple cada detalle de la vida.
Este libro resultó de una búsqueda muy personal de la verdad. Si de verdad quieres hallar la gracia y el poder para probar que es posible llevar una vida de plenitud de gozo, independientemente de tu estado civil, recibirás inspiración junto conmigo al leerlo.
—Martha Nighswander